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Fisioterapia Después de una Fractura de Hueso

diciembre 13, 2021

Se estima que se produjeron 9,0 millones de nuevas fracturas osteoporóticas en todo el mundo en 2000, el 39% de las cuales afectaron a hombres1. Paralelamente, ha habido un aumento en el número de fracturas por fragilidad en una población anciana en crecimiento 2. Estas fracturas se asocian con dolor a largo plazo, deterioro funcional, reducción de la calidad de vida y aumento de los costes sanitarios 3. Las fracturas osteoporóticas, particularmente de cadera, también están relacionadas con tasas considerablemente mayores de morbilidad y mortalidad. Además, los huesos rotos pueden ser causados ​​por accidentes de tráfico, lesiones deportivas, lesiones laborales y otras situaciones comunes. La fisioterapia después de una fractura de hueso es clave para minimizar los resultados adversos y garantizar un retorno a la función óptima lo más rápido posible.

Antes de comenzar un programa de fisioterapia, es posible que un fisioterapeuta deba realizar una evaluación y valoración exhaustivas. Una fractura ósea va seguida de fases inflamatorias, reparativas y remodeladoras fisiológicamente distintivas. Las mediciones probarán la fuerza, el rango de movimiento, la flexibilidad, la forma de andar, la gravedad del dolor y la hinchazón de un paciente, y la función y movilidad generales 4. Como una fractura puede causar un cierto grado de pérdida de movimiento y fuerza y ​​una movilidad funcional muy reducida, la fisioterapia después de una fractura de hueso con frecuencia se enfoca primero en revertir los efectos negativos de permanecer inmovilizado en un yeso o cabestrillo.

Después de una fractura de una extremidad inferior, un paciente puede tener que limitar la cantidad de peso que soporta su pierna, por ejemplo, usando muletas. De manera similar, una fractura de brazo puede requerir un cabestrillo de soporte.

En los casos que requieran cirugía que haya dejado algo de tejido cicatricial, el masaje y la movilización de la cicatriz pueden ayudar a reducir las adherencias de la cicatriz, minimizar el edema y mejorar la movilidad alrededor de la cicatriz. La terapia con hielo también se puede usar para minimizar la hinchazón local.

A continuación, se pueden comenzar ejercicios para mejorar la amplitud de movimiento y la fuerza, centrándose en el área fracturada y las articulaciones circundantes. Estos pueden incluir ejercicios de estiramiento específicos, así como terapia manual y otros métodos de movilización de la articulación destinados específicamente a mejorar la movilidad de la articulación. Posteriormente, se puede llevar a cabo un régimen de fortalecimiento estructurado y progresivo para enfocarse en fortalecer los músculos que rodean las articulaciones y huesos afectados. La fisioterapia puede centrarse en el trabajo de equilibrio y control para mejorar la marcha de un paciente con este fin. Según corresponda, el vendaje para sostener el área lesionada puede ayudar a controlar la hinchazón, mientras que la estimulación eléctrica también se puede usar para ayudar a mejorar el reclutamiento y la formación de músculos.

En general, una fractura debe curarse aproximadamente ocho semanas después de la lesión con fisioterapia adecuada 5. Sin embargo, el cronograma de rehabilitación de un paciente variará según el tipo de fractura y la edad y el estado físico del paciente, entre otros factores.

Las fracturas deben prevenirse primero manteniéndose en forma, comiendo una dieta nutritiva y evitando las caídas, incluso mejorando la seguridad en el hogar tanto en interiores como en exteriores. De hecho, la fisioterapia debe llevarse a cabo junto con intervenciones multifacéticas, que incluyen la evaluación de los factores de riesgo, los suplementos dietéticos y el ejercicio 3. Dicho esto, un programa de fisioterapia regular y riguroso puede ser muy eficaz para garantizar un rápido retorno a la función inicial y a la actividad de la vida diaria.

Referencias

1. Johnell, O. & Kanis, J. A. An estimate of the worldwide prevalence and disability associated with osteoporotic fractures. Osteoporos. Int. (2006). doi:10.1007/s00198-006-0172-4

2. Svedbom, A. et al. Osteoporosis in the European Union: A compendium of country-specific reports. Arch. Osteoporos. (2013). doi:10.1007/s11657-013-0137-0

3. Karinkanta, S., Piirtola, M., Sievänen, H., Uusi-Rasi, K. & Kannus, P. Physical therapy approaches to reduce fall and fracture risk among older adults. Nature Reviews Endocrinology (2010). doi:10.1038/nrendo.2010.70

4. Chinn, L. & Hertel, J. Rehabilitation of Ankle and Foot Injuries in Athletes. Clinics in Sports Medicine (2010). doi:10.1016/j.csm.2009.09.006

5. Hoppenfeld, S. & Murthy, V. L. Treatment and rehabilitation of fractures. 606 (2000).