Manejo de Lesiones del Manguito Rotador
El manguito rotador incluye un grupo de músculos (supraespinoso, infraespinoso, redondo menor y subescapular) y tendones que rodean la articulación del hombro para mantener el húmero en su lugar. La estructura ofrece una significativa estabilidad en el hombro. Las lesiones en el manguito rotador son la causa más común de dolor en el hombro a nivel nacional. Las claves para el diagnóstico son dilucidar las características históricas de las quejas de dolor de hombro del paciente, así como evaluar los músculos a través de examen físico e imágenes. La mayoría de los casos de lesión en el manguito rotador involucran el músculo supraespinoso. Este artículo discutirá el manejo de lesiones en el manguito rotador.
Si el examen físico y las imágenes no muestran evidencia clara de desgarros en el manguito rotador (ya sea parciales o completos), se debe considerar un diagnóstico alternativo, como tendinopatía del manguito rotador. El manejo agudo de la tendinopatía del manguito rotador incluye fisioterapia, reposo, hielo y uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINE). También se pueden considerar inyecciones, con inyecciones de glucocorticoides subacromiales, comúnmente realizadas en el período agudo a subagudo. Debe afirmarse que no se ha encontrado evidencia consistente a través de múltiples estudios de la efectividad de AINE e inyecciones de esteroides subacromiales para el manejo de la tendinopatía del manguito rotador.
Si el examen y las imágenes son consistentes con un desgarro, el manejo puede involucrar opciones no quirúrgicas y quirúrgicas. El tratamiento de los desgarros del manguito rotador depende de varios factores, incluyendo la duración de los síntomas, el hombro dominante, el estilo de actividad en la vida del paciente, el tipo de desgarro y las condiciones médicas coexistentes. Es importante tener en cuenta que, hasta la fecha, no hay estudios de investigación que demuestren que la cirugía dé un claro beneficio a largo plazo. Se puede aplicar fisioterapia agresiva, la vigilancia continua a través del examen del rango de movimiento de los hombros y se pueden repetir los estudios de imágenes cada 6-12 meses para evaluar la progresión de un desgarro, antes de considerar la cirugía. Los desgarros de espesor parcial generalmente se tratan con un manejo no quirúrgico.
Aunque todavía muy debatido entre los cirujanos ortopédicos, las indicaciones apropiadas para la cirugía incluyen el fracaso de medidas conservadoras como la fisioterapia, programas de ejercicio en el hogar, dolor persistente a pesar del uso de medicamentos, y empeoramiento / no mejora de la función del hombro. Una excepción vital a esta regla es un desgarro traumático agudo del espesor total en un individuo sano. Dicha lesión se tratará con cirugía inmediata, ya que el retraso en el tratamiento puede conducir a una atrofia muscular significativa y retracción del tendón. Además, si el paciente sufre un desgarro agudo o crónico del manguito rotador que resulta en la pérdida funcional repentina de flexión o abducción del hombro, se justifica la reparación quirúrgica urgente. Es importante tener en cuenta que la vejez no impide la intervención quirúrgica. Múltiples estudios clínicos han demostrado que los pacientes mayores de 65 años de edad fueron tratados con éxito con cirugía de manguito rotador cuando el tratamiento conservador con fisioterapia había fallado.
Aún no hay suficiente evidencia de los beneficios del manejo alternativo de otras modalidades de tratamiento como el ultrasonido, agentes tópicos como la lidocaína o el diclofenaco, la iontoforesis glucocorticoide, el masaje, la acupuntura, la viscosuplementación, las inyecciones de plasma rico en plaquetas y la terapia de ondas de choque. Se requiere más investigación para definir sus roles definitivos.
Las lesiones del manguito rotador son la queja más común de dolor en el hombro en todo el país. Existen enfoques quirúrgicos y no quirúrgicos para el manejo, dependiendo del mecanismo de lesión, tipo de lesión y nivel de actividad prefuncional del individuo. En general, se debe considerar el tratamiento conservador no quirúrgico antes de la evaluación quirúrgica.
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