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Hombro congelado: Presentación y tratamiento

julio 29, 2019

El hombro congelado, también conocido como capsulitis adhesiva o «hombro rígido doloroso», se define generalmente como una limitación global y gradual del rango de movimiento activo y pasivo del hombro. La afección se acompaña de dolor intenso en el hombro, sin señales de osteopenia en imágenes radiográficas.

Esta afección es más común en la quinta o sexta década de vida, más a menudo se ve en las mujeres y generalmente afecta el hombro no dominante.  En aproximadamente 15% de los pacientes, el hombro congelado también puede ocurrir en el hombro contralateral dentro de los siguientes cinco años.  Los estudios sugieren que puede tomar hasta tres años recuperarse completamente del hombro congelado, y se ve generalmente un curso más prolongado en pacientes diabéticos tipo 1.

El hombro congelado se ha asociado con otras condiciones médicas como enfermedad tiroidea, inmovilidad prolongada u hospitalización, enfermedad autoinmune, accidente cerebrovascular e hiperlipidemia.

En general, la fisiopatología del hombro congelado ocurre con mayor frecuencia como un problema secundario en casos de desgarros crónicos del manguito rotador, cirugías previas en el hombro o fracturas humerales proximales. Aunque no se entiende completamente, una hipótesis comúnmente aceptada es que la capsulitis adhesiva comienza con inflamación alrededor de la cápsula articular y los ligamentos del hombro, seguido por el desarrollo de varias adherencias y fibrosis que involucran la membrana sinovial, lo que en última instancia resulta en engrosamiento y contracción de la cápsula de la articulación glenohumeral. Esto conduce a dolor intenso y en una incapacidad para mover la articulación del hombro.

El hombro congelado se presentará en tres fases. Inicialmente, un paciente presentará dolor difuso y severo, peor por la noche y cuando se acuesta sobre el hombro afectado. Esto puede durar de uno a diez meses. La segunda fase es la rigidez general del hombro, con pérdida de rango funcional de movimiento. Durante este período, el dolor disminuirá gradualmente. La última fase, la fase de recuperación, implica un retorno gradual del rango de movimiento del hombro. Todo este proceso puede tardar entre tres meses y dos años.

El diagnóstico generalmente se realiza a través de un examen clínico y una historia completa. Las imágenes, incluidas las radiografías, la resonancia magnética y el ultrasonido, ofrecen beneficios limitados desde el punto de vista diagnóstico debido a la falta de hallazgos específicos.

Aunque no existe un manejo estándar para el hombro congelado, existen evidencias significativas para el tratamiento de rehabilitación integral. El paracetamol o los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) se pueden utilizar para controlar el dolor sintomático. En casos de dolor de hombro moderado a grave, se puede administrar un curso corto de esteroides orales o una inyección intraarticular de corticoesteroides. Además, se ha demostrado que el inicio temprano de la fisioterapia, centrada en los ejercicios de Codman, y el entrenamiento de movimiento suave es más útil. Una vez que se observa una mejoría en el dolor y el rango de movimiento, el paciente puede enfocarse en el fortalecimiento isométrico del hombro y un programa diario de ejercicios en el hogar. En casos raros en los que existen restricciones severas en el hombro después de un año, se debe referir al paciente a cirugía ortopédica.

Algunos estudios de investigación de tratamientos para el hombro congelado incluyen el uso de terapia láser o terapia de ultrasonido pulsado para proporcionar alivio del dolor a corto plazo. Sin embargo, los estudios citados no tienen pruebas suficientes para recomendar estas prácticas clínicas. También involucran a pacientes con otras afecciones concomitantes, como tendinitis del manguito rotador u osteoartritis del hombro.

El hombro congelado es un problema común a partir de la quinta década de vida. Esto puede ocurrir sin un evento incitador, o como un problema secundario a una tensión muscular crónica conocida del hombro, desgarro de ligamentos o fractura. El diagnóstico se basa en el examen clínico y no hay consenso sobre el mejor enfoque para el tratamiento. En general, es mejor seguir las modalidades de tratamiento conservador e integral. En los casos refractarios, sería necesaria una evaluación quirúrgica.

Referencias:

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