Hernias Discales: Síntomas, Mecanismos y Tratamiento
La columna vertebral humana consta de varios cuerpos vertebrales (cinco en la región lumbar y cinco en la región sacra) seguidos por el cóccix (comúnmente conocido como el coxis). Cuando se habla de la etiología de la espalda lumbar aguda, es importante saber que directamente entre cada uno de los cuerpos vertebrales hay discos, que se componen de dos partes: el núcleo pulposo y el anillo fibroso. Típicamente, el núcleo puede herniarse más allá del anillo fibroso e impactar la neuroforamina, donde salen las raíces periféricas vitales de la médula espinal. Puede tener una protuberancia de disco (cuando el material del disco es más ancho en la base que en la cúpula) o una extrusión de disco (cuando el material del disco se extiende por encima o por debajo del espacio del disco).
La etiología de hernias discales puede ocurrir con cambios relacionados con la edad que causan degeneración del disco (espondilosis), traumatismo por doblar o levantar la espalda incorrectamente, o un efecto de masa (es decir: tumor espinal u otro cuerpo extraño). Cuando se produce una hernia discal, el material a menudo puede pellizcar una(s) raíz(ces) nerviosa(s) periférica(s), causando dolor agudo y punzante en los glúteos, la pierna y/o el pie. La hernia discal más común es a nivel de raíz L5 o S1. El diagnóstico suele ser clínico, confirmado mediante exámenes físicos, resonancias magnéticas y/o estudios de electrodiagnóstico.
El tratamiento de la radiculopatía lumbar (es decir, un nervio pellizcado en la parte baja de la espalda) comienza inicialmente con el manejo conservador. Esto puede ser una o la combinación de las siguientes terapias: anti-inflamatorio no esteroideo (AINE) como naproxeno o ibuprofeno; modificación de la actividad, como por ejemplo reducir al mínimo la flexión, elevación mayor a 10 libras o torsión de la columna lumbar; y fisioterapia dirigida involucrando la espalda baja, los músculos abdominales y los músculos glúteos/pélvicos. Un estudio de control aleatorizado que estudió a más de 250 pacientes mostró que los pacientes con dolor radicular durante menos de 3 meses, mostraron alguna mejora en las puntuaciones de discapacidad con prednisona oral por un corto período, pero después de un año, no hubo diferencia con aquellos que recibieron cirugía lumbar en la columna vertebral. Si la terapia conservadora falla, se puede referir a los pacientes a un médico del dolor intervencionista para una inyección epidural lumbar de esteroides. La cirugía está reservada para casos graves. Los signos de la alerta, como la compresión/inflamación de la médula espinal, la debilidad focal de la extremidad inferior, los déficits neurológicos persistentes o progresivos o la incontinencia de vejiga/intestinal requerirían una intervención neuroquirúrgica urgente. Las opciones quirúrgicas incluyen microdiscectomía mínimamente invasiva o laminectomía.
¿Puede una hernia discal mejorar por sí sola o ser asintomática? La evidencia más reciente ha demostrado que muchas hernias discales pueden retraerse a su lugar en cualquier momento entre 6 semanas a 6 meses, en promedio. Esto ocurre a través de una respuesta inmune de su propio cuerpo, el agua se absorbe, haciendo que el segmento herniado se reduzca en tamaño. Se puede restaurar la mecánica natural del disco a través de ejercicios basados en la extensión.
En conclusión, es importante tener en cuenta que la radiculopatía lumbosacral aguda causada por hernia discal, o estenosis foraminal que pellizca los nervios, puede ser dolorosa, pero la probabilidad de mejora espontánea es bastante alta, como se mencionó anteriormente.
Referencias:
Ushewokunze, S., Abbas, N., Dardis, R., & Killeen, I. (2008). Spontaneously disappearing lumbar disc protrusion. The British journal of general practice: the journal of the Royal College of General Practitioners, 58(554), 646–647. Doi: 10.3399/bjgp08X341968