Función Física Después de la Infección por SARS-CoV
Aunque el brote de SARS-CoV de 2003 dio lugar a muchas menos tasas de infección que COVID-19, las similitudes entre las dos enfermedades infecciosas significan que podemos aprender mucho sobre el segundo mediante el estudio de la primera [1]. Ambas enfermedades presentan una tasa de hospitalización de aproximadamente el 30%, con alrededor del 20% de la población hospitalizada que ingresa a una unidad de cuidados intensivos (UCI) [1]. Especialmente en pacientes gravemente afectados por la infección por SARS-CoV, se podría observar un deterioro de la función física hasta dos años después de la infección inicial [1]. Este daño es causado por varios factores relacionados con la enfermedad y su tratamiento. Como resultado, es útil entender cómo SARS-CoV afecta la función física y la aptitud para determinar el mejor camino para la rehabilitación de los pacientes COVID-19.
Los pacientes con SARS-CoV informaron disminución de la capacidad de ejercicio en comparación con la población general [2, 3]. Si bien, un estudio encontró que la capacidad de ejercicio de los sobrevivientes del SARS-CoV era inferior a la de la población general, el grado en que los sobrevivientes eran menos aptos no era grande [3]. Además, esos investigadores reconocieron una incertidumbre sobre cuánto contribuyó el nivel anterior de aptitud de los pacientes a estas mediciones [3]. Sin embargo, otro estudio observó que la distancia a la que podían caminar los sobrevivientes había disminuido significativamente un año después de la infección [4]. Un estudio que sigue a los pacientes con SARS-CoV cada tres meses durante dos años después de la aparición de la infección informó de una disminución similar en la capacidad de caminar [5]. Aunque los resultados de los pacientes en la prueba de caminata de seis minutos mejoraron significativamente en los primeros meses después de la recuperación, la mayoría de los pacientes todavía no estaban completamente recuperados en la marca de dos años [5]. Evidentemente, estos resultados sugieren que la disminución de la función física de los pacientes con SARS-CoV no es insignificante.
Una dificultad común exhibida por los pacientes con SARS-CoV fue la capacidad aeróbica. Un estudio observó anomalías pulmonares leves en el 50% de la población de pacientes del estudio tres meses después del alta hospitalaria [2]. El 41% de los pacientes en ese mismo estudio también reportaron capacidades aeróbicas máximas por debajo del rango normal [2]. En otro estudio, 24 meses después de la infección inicial, la mitad de los participantes notificaron un posible deterioro en la vía de difusión intraalolar [5]. Sin embargo, este estudio fue limitado por un pequeño tamaño de muestra [5]. A pesar de esta tendencia de rendimiento cardiopulmonar levemente disminuido, otro estudio encontró que el rendimiento de calidad de vida relacionada con la salud (HRQQL) de los pacientes con SARS-CoV se deterioró significativamente, lo que sugiere la presencia de fuentes adicionales de función física reducida [6].
Otros factores que pueden haber sido responsables de la capacidad de ejercicio reducida de los pacientes con SARS-CoV incluyen debilidad muscular y descondicionamiento físico [5]. Ambos síntomas podrían atribuirse a la hospitalización prolongada, teniendo en cuenta su prevalencia particular en sobrevivientes de casos graves de la enfermedad [1]. También pueden deberse a polineuropatía asociada a la enfermedad crítica, miopatía, o miopatía esteroide [5]. Teniendo en cuenta cómo los casos graves de enfermedades por coronavirus son más comunes en pacientes con comorbilidades (ejemplos son enfermedades cardiovasculares y diabetes), el efecto combinado del SARS-CoV y estas comorbilidades podrían haber exacerbado la discapacidad móvil de los pacientes [1]. Por último, la fatiga crónica, notificada en el 40,3% de los supervivientes en un estudio, también podría contribuir a la disminución de la capacidad física [7].
Debido a que los investigadores no fueron capaces de aislar una vía causal singular entre SARS-CoV y la disminución de la función física, no hubo un camino claro para la rehabilitación en pacientes con SARS-CoV físicamente limitados. [1]. En consecuencia, los médicos deben estudiar esta gran cantidad de información al considerar la mejor manera de ayudar a los pacientes COVID-19 a restaurar su función física, tanto durante el curso de la infección como más allá.
Referencias
[1] S. Rooney, A. Webster, and L. Paul, «Systematic Review of Changes and Recovery in Physical Function and Fitness After Severe Acute Respiratory Syndrome-Related Coronavirus Infection: Implications for COVID-19 Rehabilitation,» Physical Therapy, vol. 100, no. 10, p. 1717-1729, October 2020. [Online]. Available: https://doi.org/10.1093/ptj/pzaa129.
[2] K-C. Ong et al., «Pulmonary function and exercise capacity in survivors of severe acute respiratory syndrome,» European Respiratory Journal, vol. 24, no. 3, p. 436-442, September 2004. [Online]. Available: https://doi.org/10.1183/09031936.04.00007104.
[3] M. C. Su et al., «Exercise Capacity and Pulmonary Function in Hospital Workers Recovered from Severe Acute Respiratory Syndrome,» Respiration, vol. 74, no. 5, p. 511-516, August 2007. [Online]. Available: https://doi.org/10.1159/000095673.
[4] C. M. Tansey et al., «One-year outcomes and health care utilization in survivors of severe acute respiratory syndrome,» Archives of Internal Medicine, vol. 167, no. 12, p. 1312-1320, June 2007. [Online]. Available: https://doi.org/10.1001/archinte.167.12.1312.
[5] J. C. Ngai et al., «The long-term impact of severe acute respiratory syndrome on pulmonary function, exercise capacity and health status,» Respirology, vol. 15, no. 3, p. 543-550, April 2010. [Online]. Available: https://doi.org/10.1111/j.1440-1843.2010.01720.x.
[6] H. M-C. Lau et al., «The Impact of Severe Acute Respiratory Syndrome on the Physical Profile and Quality of Life,» Archives of Physical Medicine and Rehabilitation, vol. 86, no. 6, p. 1134-1140, June 2005. [Online]. Available: https://doi.org/10.1016/j.apmr.2004.09.025.
[7] M. H. B. Lam et al., «Mental Morbidities and Chronic Fatigue in Severe Acute Respiratory Syndrome Survivors,» Archives of Internal Medicine, vol. 169, no. 22, p. 2142-2147, December 2009. [Online]. Available: https://doi.org/10.1001/archinternmed.2009.384.